abril 2020
CLIENTE Villa McLuhan
Carta a los clientes, proveedores, trabajadores y competidores de Villa McLuhan
Apuntes de alguien que vivió la crisis de 2008 en el sector de la comunicación comercial.
Sergio Puertollano. Director de Villa McLuhan Comunicación.
Queridos amigos.
Ya estamos aquí otra vez. Todos los indicadores, propios y ajenos, nos predicen una nueva crisis económica que vamos a tener que afrontar en un sector muy sensible a las crisis, sobre todo en las primeras fases, como es la publicidad y el marketing.
Me animo a escribiros estas líneas intentando unir la propia búsqueda con la experiencia compartida a partir de mi trayectoria durante la crisis de 2008. En aquel momento pasé de dirigir una empresa con 14 sedes, a incorporarme como director a otra con más de 100 empleados, hasta montar finalmente Villa McLuhan, mi actual empresa, en enero de 2010 con tres empleados. Con la diferencia de que si bien aquella crisis nos pilló al galope, de manera general, en ésta nos movemos con un trote más o menos cochinero.
El primer mensaje que quiero compartir con vosotros es que la vida es mucho más feliz en 2020 que en 2008. Todo ha ido a mejor. Somos más sabios, más responsables, más autoconscientes, más prudentes, más creativos, más sensatos. Todo ha mejorado. Personalmente, tuve la oportunidad de salir de una multinacional, montar una empresa, trabajar a tope durante más de 10 años desde entonces, disfrutar de trabajos preciosos, de compañeros geniales… En ese tránsito sufrí una depresión, cogí una neumonía posiblemente tan fuerte como el coronavirus de hoy, pasé un miedo incontrolado… pero, a posteriori, fue absurdo todo ese sufrimiento. Lo que me trajo a mí y a la mayoría de la gente de nuestro sector es un presente más feliz. No tengas miedo al cambio.
En segundo lugar, disfruta de la transformación. Defiende lo que vales, pero no te aferres a lo que tienes. Nuestras empresas se van a transformar para encontrar el mejor acomodo a la realidad futura. Disfruta de ello. Sé paciente y prudente. Seguramente la realidad presente tampoco la percibes como plena. Habrá cosas que mejorar, cosas que no te daba tiempo a abordar, actividades que añorabas o actitudes que no compartías. Este es el momento de trazar un escenario mejor. Tal vez es la oportunidad de cambiar de empresa si eres empleado, o de sector, o de pedir a tu agencia que te plantee nuevas maneras de abordar los problemas si eres un anunciante. Este es el momento.
En tercer lugar, da tu opinión y escucha a todo el mundo. La solución a los problemas es colectiva. Si bien el liderazgo es imprescindible para afrontar un escenario complejo y con incertidumbres, es un momento para un liderazgo de escucha y diálogo. Porque la salida va a ser colectiva y vas a necesitar a mucha gente. Estés en la situación en la que estés. Seas director, jefe o empleado; anunciante o agencia. Atrévete a opinar y a escuchar con la máxima sinceridad. La mayoría de la gente es honesta y buena profesional y está en un momento sensible donde necesitamos ser escuchados y comprendidos. De esta actitud vas a sacar más ventajas que problemas.
En cuarto lugar, comprométete. Del compromiso solo vas a obtener rendimiento. Aunque ahora te parezca una montaña insalvable, sea el endeudamiento, una bajada puntual de salario por un esfuerzo equivalente, o un presupuesto de un proveedor a destiempo, tu compromiso te va a devolver un rendimiento muchísimo mayor.
En quinto lugar, no malgastes energías en lo superfluo. Céntrate en lo esencial, tu verdadera aportación de valor, personal o de empresa. No desperdicies el tiempo en cuestiones no determinantes (reuniones, charlas, liantes…). Es el momento de lo concreto. Plantéate objetivos concretos y medibles; y ofréceles los recursos adecuados para que se puedan cumplir. No confíes en que el mar te va a llevar al sitio donde quieres llegar. Pon el timón rumbo a donde quieres ir. Ya llegará una mar en calma donde podrás dejar que la brisa te lleve. Pero hora tienes que remar con fuerza en una dirección.
En sexto lugar, aprende. Los momentos de crisis son los más fértiles para el aprendizaje. Mi experiencia me dice que es cuando más receptivos he tenido los sentidos y con más intensidad me he afanado en conseguir mis metas. Abre tus sentidos y haz un esfuerzo extra. Ya no vale dejarse llevar cuesta abajo. Hay que dar pedales cuesta arriba. Pero, ¿qué placer hay mayor que llegar a la cima del puerto? Nuestro sector está lleno de oportunidades de aprendizaje. Tenemos infinidad de campos para la innovación. Interésate por ellos. Da un paso más en lo que ya sabes. Permítete disfrutar de ello.
En séptimo lugar, la verdad es más importante que nunca y su vehículo es la comunicación. Todos hacemos pequeñas o mayores trampitas en relación a la verdad. Por omisión de información, por el miedo a sus consecuencias… Este es el momento de la verdad. También en el contenido de nuestras acciones para los clientes. Da un buen consejo a tus clientes: ahora no es momento de falsear la realidad. No dibujes escenarios falsos o mundos irreales. Vivimos la edad de oro de la comunicación, no perjudiquemos este precioso momento por la pérdida de credibilidad. No te hagas ese daño.
Va a ser difícil. Por momentos, duro. Y a lo mejor nos vamos a tener que enfrentar a decisiones difíciles o comprometidas. Tal vez tenemos que vivir transformaciones y cambios. Pero todos vamos a tener nuevas oportunidades, nuevos escenarios en los que desarrollarnos personal y profesionalmente; y es nuestra actitud la que nos va a hacer que disfrutemos de ello o hagamos de esta situación un calvario.
En Villa McLuhan no somos ajenos a esta realidad. También el virus nos ha pegado un buen viaje en nuestro cochecito que marchaba cómodamente a 80 Kilómetros por hora. Pero estamos dispuestos a afrontar este reto sin miedo y con la vista puesta en el largo plazo. En un camino más lejano. Ya se verá qué sucede finalmente, cómo de agresivo es este “parón”, pero aquí nos váis a tener. Ya tenemos experiencia en estas situaciones.
Mucha suerte, amigos. Estamos a vuestro lado.
Sergio Puertollano.
Director de Villa McLuhan.